El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca (Mt 12, 34) La boca pronuncia lo que el corazón apunta. La auténtica ventana para ver es nuestro corazón, no nos elevamos por encima de nuestras palabras, nuestras palabras reflejan lo que tenemos en nuestro corazón y que nutre nuestras vidas, por eso, con cada palabra debemos revisar nuestro corazón ¿por qué dije esto? Cuanto más lleno tengamos nuestro corazón de buenos deseos, de buenas intenciones, de anhelos generosos menos espacio tendremos para los egoísmos y envidias. El corazón nunca está vacío, no soporta el vacío, necesariamente está lleno de algo. Cada uno de nosotros podemos ver de qué tenemos lleno el corazón y como dice Jesucristo: de la abundancia del corazón habla la boca. Un corazón lleno de Dios es un corazón lleno de gratitud, sabe que Dios le ama , y siempre encuentra bendiciones. ...
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